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La moratoria concursal se amplia hasta el 31/12/2021.

Mediante el RDL 5/2021 de 12 de marzo, publicado en el BOE el pasado 13 de marzo, se viene a concretar, entre otras cuestiones, lo que ya se había anunciado en relación a  la ampliación hasta el 31/12/2021 de la moratoria para que las empresas no se vean obligadas a solicitar la vía concursal en caso de insolvencia.

En un primer momento, la medida se había puesto en marcha hace un año, en el primer estado de alarma, ampliándose hasta el 14/02/2021, con el objetivo de evitar la desaparición de miles de empresas ante la falta de liquidez para hacer frente a sus obligaciones. La situación comporta que una empresa, en caso de insolvencia, no estará obligada a  acudir a la vía concursal hasta el 31/12/2021, lo que conllevará una grave situación para los acreedores de dichas empresas, que tampoco podrán instar el Concurso Necesario al efecto.

Esperemos que las medidas que contempla el RDL 5/2021, todas ellas de carácter extraordinario y de apoyo a las empresas y autónomos, supongan un paso adelante para revertir las perspectivas negativas que siguen vigente, ahora bien, existen, por otra parte, indudables “dudas” sobre la eficacia o no de la medida, especialmente para aquellas otras empresas viables que se verán condicionadas por un modelo “artificial” y que no tiene todas las garantías de éxito.

Esperemos que las ayudas de apoyo a la solvencia empresarial del RDL referido, no comporten un “parche” sino que supongan una posibilidad de futuro con garantías. Según los datos publicitados, existen cerca de 150.000 pequeñas y medianas empresas que podrían estar obligadas  a presentar concurso, lo que comportaría un verdadero caos judicial para hacer frente a la situación procesal que se plantea;  la vía que abre ahora el RDL puede ser una alternativa a valorar que deberá tener sus consecuencias en positivo en las próximas semanas, caso contrario, el riesgo de una crisis sin precedentes puede ser la siguiente realidad a la que tendremos que hacer frente.

En definitiva, la moratoria concursal, ahora ya realidad, también debe suponer una reordenación para muchas empresas a la hora de hacer frente a sus acreedores y las posibilidades de negociación con los mismos, con especial referencia a las administraciones públicas en todas sus variables, que tampoco pueden obviar que forman parte del problema, pero también de la solución si todos somos conscientes del panorama en el que estamos instalados.