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Delincuencia virtual

En los últimos meses, ha proliferado en los medios de comunicación la referencia a los delitos que se cometen, vía internet, y lo que se conoce como nuevas tecnologías; este tipo de delitos, englobados en lo que ya se conoce como “ciberestafas”, supone traspasar la trama ilegal desde la realidad vigente a la realidad virtual.

Mayoritariamente los delitos son de carácter económico, fundamentados en el propio engaño, es decir, el abuso, vía medios técnicos, de determinados derechos específicos que se ven soliviantados a todos los niveles.

La temática de los correos electrónicos, o mensajes de texto, donde lo que se busca es la confusión para obtener una rentabilidad económica, suponen el punto de partida para una serie de variables como las siguientes:

 

 

  • El Phishing.- para incidir directamente en lo que es la banca electrónica, y buscar una rentabilidad económica ilegal. Y dentro de este concepto, podemos incluir:
    • El Pharming.- que supone redireccionar de una dirección web auténtica a una falsa, con el objetivo de obtener información de datos para cometer el delito consecuente.
    • El Spoofing.- También dirigido a engañar.
    • El Keylogger.- Que detecta las pulsaciones del teclado para acceder a datos concretos.
    • El Vishing.- Para acceder a mensajes telefónicos.-
    • El Screenlogger.- Que busca controlar los datos que se introducen en el ordenador.

En definitiva, estamos en un modelo, asentado cada vez más, que supone la constante adaptación para conseguir su objetivo que no es otro que obtener rentabilidad económica, en su más amplio sentido, inclusive a la hora de influir en la dinámica política o en cualquier votación, también de tipo privado. Es decir, estamos en un mundo mutante, con amplias posibilidades de todo orden, que incidirán, más de lo que podamos sospechar, en nuestro día a día.

El marco definido, no tiene, en este momento, unos medios para contrarrestar su actuación, por lo que, será necesario que, por parte de las Instituciones, se establezcan, de manera urgente, las medidas legislativas prácticas, para poner un freno a una situación descontrolada y en la que todos somos presumibles víctimas.

Actualmente, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), y la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), son organismos que inciden directamente en los problemas de seguridad existentes en internet, pudiéndose dirigir a su página Web, a los efectos pertinentes; tampoco olvidemos los esfuerzos que se realizan por parte de las policías, Mossos d’Esquadra y otros, que también inciden en el tema, sin descartar las oficinas municipales al respecto.

En definitiva, la realidad es que internet y la red, son medios potenciales de delitos y la obtención de medidas para hacerles frente debería ser una alternativa de futuro urgente.